Este coloso comunista de hormigón abandonado se construyó originalmente para los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 como lugar para ver la regata olímpica.

La azotea del edificio está abierta al público de forma gratuita desde el vasto y desmoronado complejo del anfiteatro, desde donde se contemplan hermosas vistas del puerto y la ciudad.

Los 10 mejores hoteles de Tallin con descuento

Tras los Juegos Olímpicos de 1980, el Linnahall se convirtió en Palacio de Deportes y, en parte, en sala de conciertos.

El edificio cumplió su función hasta alrededor del año 2000, y desde entonces ha caído en el abandono, atrayendo a entusiastas al muy accesible Urbex.

En 2015 se tomó la decisión de renovar el Linnahall, pero a día de hoy no se ha empezado.